jueves, 29 de abril de 2010

Sobre Francisco de Quevedo y la rivalidad en el Barroco

La mayoría dijistéis en clase que preferíais a Quevedo antes que a Góngora, así que aquí os dejo algunos poemas para que comprobéis cómo es realmente su estilo.

En primer lugar, os dejo un soneto que dedicó a Lope de Vega, que también era conceptista aunque en menor grado que Quevedo. Os recuerdo que Cervantes atacaba a Lope de Vega y que Góngora atacaba a Lope y a Quevedo. Supongo que Quevedo se estará refiriendo a Góngora y a Cervantes cuando hace este poema:

Las fuerzas, Peregrino celebrado,
afrentará del tiempo y del olvido
el libro que, por tuyo, ha merecido
ser del uno y del otro respetado.


Con lazos de oro y yedra acompañado,
el laurel con tu frente está corrido
de ver que tus escritos han podido
hacer cortos los premios que te ha dado.


La invidia su verdugo y su tormento
hace del nombre que cantando cobras,
y con tu gloria su martirio crece.


Mas yo disculpo tal atrevimiento,
si con lo que ella muerde de tus obras
la boca, lengua y dientes enriquece.


El siguiente poema está considerado como uno de los mejores poemas amorosos escritos en lengua castellana. Se llama Amor constante más allá de la muerte y es uno de mis favoritos. Espero que os guste:

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.


Y para acabar, os contaré una anécdota sobre un reto que Góngora hizo a Quevedo. La reina de entonces tenía un defecto: era coja. Góngora dijo a Quevedo que si se atrevería a decírselo directamente. Quevedo, ni corto ni perezoso, tomó dos flores y se las ofreció a la reina diciéndole la siguiente frase:

"Entre el clavel y la rosa, su majestad escoja"

¿Lo habéis visto ya? Os lo pondré fácil: "Entre el clavel y la rosa, su majestad es-coja".


Claro que Góngora tampoco se quedaba atrás. Como ya he dicho, Góngora atacaba directamente a Quevedo y a Lope de Vega. Vimos en clase un poema donde utilizaba un estilo muy sutil, pero no penséis que siempre fue así. A ver qué os parece el siguiente poema que les dedicó:

Hoy hacen amistad nueva
más por Baco que por Febo
don Francisco de Que-Bebo
don Félix Lope de Beba


No parece muy culteranista, ¿verdad?

Nos vemos en clase.

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